¿Quién dijo que la química no es divertida? ¿Quién dijo que no está al alcance de los más pequeños de Infantil? Pues dicho y hecho. Gracias a Nuria, mamá de Lucía de 5 años nos hemos convertido en químicos por un día. Hemos hecho plastilina casera de muchos colores. Y es que hemos aprendido que a partir de una serie de ingredientes nace esa pasta tan famosa con la que tanto disfrutamos.
Harina, sal, agua y colorante nos bastaron para conseguirla. Y lo más divertido fue luego mezclarla para que saliera perfecta! Nos gusta la química, porque es magia y transforma las cosas en diversión. Un taller que podéis realizar en casa sin ningún tipo de riesgo.
Manos sucias y mentes despiertas. Eso son nuestros niños. Los que juegan a explorar texturas y materiales y observan los cambios en la materia. Es así como se aprender a ser químico. Es así como se aprende a ser persona y crece su afán por la investigación. Todo un reto en la educación de hoy.
¿Os atrevéis a experimentar en casa? Pasaréis un rato muy divertido!
Gracias a Nuria por este taller que tanto nos ha gustado.
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